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¿Alguna vez te has preguntado por qué todas las novias llevan un ramo entre sus manos el día de su boda?
No es casualidad, ni tampoco se trata de decoración sino de una tradición que ha evolucionado para convertirse en el símbolo más personal y emotivo el día de tu boda.
La tradición de que las novias lleven ramos de flores se remonta a la antigüedad, y a lo largo de los siglos ha evolucionado tanto en significado como en estilo.
En el antiguo Egipto, las novias llevaban manojos de hierbas aromáticas, como el ajo y el eneldo, con el propósito de alejar los malos espíritus que podrían suponer una amenaza para su matrimonio y también para atraer la buena fortuna. Creían que estas hierbas tenían propiedades protectoras que garantizaban un matrimonio próspero y libre de influencias negativas.
En la antigua Grecia y Roma, las novias adornaban sus manos con guirnaldas de flores y hierbas que simbolizaban la nueva vida, la fertilidad y la esperanza. El romero susurraba promesas de fidelidad, y el laurel aseguraba una vida matrimonial larga y próspera. Cada flor y cada hoja, contaba una historia de buenos deseos.
Con el paso del tiempo, esos manojos y guirnaldas fueron transformándose en pequeños ramilletes más estéticos, hasta evolucionar en el ramo de novia moderno que conocemos hoy.
Actualmente, el ramo es mucho más que un simple adorno: se ha convertido en una pieza clave que refleja la personalidad de la novia, complementa su vestido y armoniza con el estilo general de la boda.
Desde los ramos silvestres y desenfadados hasta los más elegantes y sofisticados, cada elección de flores y colores cuenta una historia única y es, sin duda, la decisión estética más fotografiada y recordada de tu gran día.
Cuando llega el momento de pensar en tu ramo de novia, te enfrentas a una decisión crucial: ¿flores frescas o preservadas?
Ambas opciones tienen su encanto y sus ventajas, pero mi trayectoria en el mundo floral comenzó con las flores preservadas, por las cuales siento una especial debilidad. A lo largo de los años, he visto cómo esta alternativa ha ganado popularidad, no solo por su durabilidad y belleza, sino también por su creciente papel en la sostenibilidad ambiental.
Las flores preservadas no son solo una tendencia pasajera; representan una solución moderna y consciente que ofrece beneficios prácticos y emocionales. No es casual que cada temporada más novias se decidan por esta opción
1. Mantenimiento mínimo:
Las flores preservadas no requieren cuidados especiales: no necesitan agua, ni luz solar, ni condiciones específicas. Esto las convierte en la opción ideal para las novias que buscan tranquilidad y comodidad durante los preparativos y el gran día. Tu ramo estará tan perfecto en la última foto como en la primera
2. Personalización total:
La amplia gama de flores disponibles en versión preservada permite crear combinaciones únicas y personalizadas. Desde colores vibrantes hasta tonos más suaves y románticos, las opciones son casi infinitas. Esto permite adaptar el ramo al estilo de la novia y a la paleta de colores de la boda.
3. Resistencia garantizada:
A diferencia de las flores frescas, las flores preservadas son más resistentes a las condiciones climáticas adversas, como el calor o el frío. Nada afectará a tu ramo, esto asegura que el ramo luzca perfecto desde el «Sí, quiero» hasta el último baile del día.
4. Sostenibilidad y respeto por el medio ambiente:
Optar por flores preservadas es una decisión eco-friendly. Su larga vida útil reduce la necesidad de producción, transporte y consumo de agua, disminuyendo así la huella ecológica de la boda. En un mundo cada vez más consciente del impacto ambiental, esta elección cobra aún más valor.
5. Un recuerdo eterno:
Una de las razones más emotivas para elegir flores preservadas es la posibilidad de conservar el ramo en perfectas condiciones después de la boda. Muchas novias guardan su ramo como un recuerdo tangible y duradero de uno de los días más especiales de sus vidas, decorando con él su hogar o incluso pasándolo como una herencia familiar. Las flores preservadas te permiten conservar no solo un objeto, sino todas las emociones asociadas a él. Cada vez que lo mires, revivirás la emoción de caminar hacia el altar, las mariposas en el estómago, las lágrimas de felicidad.
Actualmente, realizo más trabajos de ramos de flores preservadas que con flores frescas, y no es casualidad. Las novias suelen decantarse por esta opción porque les da la tranquilidad el no tener que preocuparse por el estado del ramo durante la celebración.
Además, noto que la razón principal de esta elección va más allá de la practicidad: la mayoría de las novias me confiesan que les encanta la idea de conservar su ramo y revivir la emoción del gran día cada vez que lo ven. Es como tener un pedacito de ese momento congelado en el tiempo.
Las flores preservadas no son solo una tendencia que está de moda; representan una revolución en el mundo nupcial. Son la elección de novias que no se conforman, que buscan alternativas inteligentes sin sacrificar ni un mínimo de belleza.
Desde los ramos más románticos con rosas y peonías, hasta los más bohemios con flores silvestres, pasando por los minimalistas con una selección exquisita de pocas flores pero gran impacto… Las posibilidades son infinitas.
Y lo mejor: cada ramo preservado cuenta una historia única, tan única como tu relación. Los colores, las texturas, la forma… todo puede personalizarse para reflejar quiénes son como pareja.
Los ramos de novia elaborados con flores preservadas combinan estética, comodidad y conciencia ecológica.
Si buscas un ramo que cuente tu historia, que resista el día más importante de tu vida y que puedas conservar para siempre, las flores preservadas son, sin duda, tu mejor elección.
No estamos hablando solo de flores. Estamos hablando de emociones preservadas, de recuerdos tangibles y de decisiones inteligentes que combinan belleza, sencillez y conciencia ecológica.
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